Ya tenemos al dios arrepentido de sus acciones, después de exterminar la vida en la Tierra se arrepiente de haberlo hecho. Finalmente comprende que el corazón del hombre no es esencialmente bueno, admite que fracaso al hacer una criatura buena, sabia y perfecta. Quizá por que nos hizo a su imagen y semejanza, aunque a mí me queda la duda. ¿No serian los hombres los que le hicieron a él a su imagen y semejanza? Quizá por les nos salió un dios tan imperfecto como somos los humanos.
¿Quizá no fue él quien nos enseñó que al mal se le combate con otro mal mayor? Quizá fue que los hombres, al no encontrar otro medio para hacerlo, le dotamos a él de nuestras deficiencias e ignorancias. Quizá de nuestra venganza nació el dios vengativo, de nuestra ignorancia el dios ignorante que no sabía lo que iba a suceder, y por eso necesitaba hacer pruebas tan terribles como la extinción de toda vida en el diluvio, antes de convencerse de que no era esa nuestra naturaleza. Nuestro creador lo ignoraba. Quizá de nuestra injusticia nació el dios injusto que se manifiesta continuamente en la Biblia. Quizá de nuestra necesidad de ser siempre los buenos, nació el dios que eligió a un sólo pueblo de entre todos los que dicen que creó, para darles siempre la razón, para ser ellos los buenos, y los demás los malos.
Aquellos que una vez le crearon de la nada y de su ignorancia, a su imagen y semejanza, comprendieron un día que no podían seguir hablando en el nombre de un dios del terror, de un dios de la venganza, de un dios de la tortura permanente y de la muerte. Del dios que permitía la enfermedad y el dolor. Y te transformaron Señor, pero tu transformación no podía ser completa, empezaron a hablar del amor, del bien, de la justicia, de la bondad, pero hay demasiadas cosas que no pueden cambiar en nuestra naturaleza humana. Podían cambiar al dios, pero no podían cambiar al hombre. Y los mismos que antes habían inventado un dios cruel y malvado, ahora inventaron un dios bueno, pero que ni responde, ni puede responder a nuestra naturaleza.
El bien y el mal están tan íntimamente mezclados en el hombre que no es posible separarlos, por que también el mal forma parte de nuestra naturaleza humana, forma parte de nuestro instinto de supervivencia, igual que en el resto de las especies, no hay especie ni individuo que pueda sobrevivir sin atacar y modificar el entorno en el que vive. Otra cosa es que como animales sociales busquemos también la convivencia, y el dominio de ese mal que si dejáramos actuar libremente nos destruiría a todos.
Una vez más encontraron el camino de explotarte señor, de vivir a tu costa, de contarnos lo bueno que eres sin que se vea por ningún sitio. Su primer error fue hacernos pensar que era necesario creer en ti para que fuéramos humanos, que fuera de ti ni cabía el bien, ni era posible la salvación. Y de nuevo crearon la división, ahora no entre un pueblo y otros, ahora entre creyentes en ti, y no creyentes. No les interesaba reconocer que todos, independientemente de nuestras creencias, somos humanos, que nos crearas o no nos crearas es lo de menos porque éramos humanos, que como personas tenemos los mismos derechos, deberes, valores y defectos tanto si creemos, como si no creemos. No, eso no les interesaba, si hubieran sido sinceros y hubieran reconocido eso se hubieran quedado sin su medio de vida, se hubieran quedado sin poder explotar la idea que un día nació en sus cabezas, pero sobre todo se hubieran quedado sin su medio de poder, el poder de controlar la mente humana, y se erigieron a ellos mismo en tus portavoces, en los interpretes de tus palabras, en manipuladores de conciencias, en dictadores del bien y del mal. Ellos que un día escribieron tus palabras sin el menor fundamento, hoy siguen diciendo que son tus palabras, y en eso se basan para decir que hay que respetarlas, pero con la interpretación que a ellos le interesa.
Y tú, Dios todopoderoso, omnipotente y sabio te dejas manipular por ellos, tú no dices nada, nunca has dicho nada comprobable, tú mantienes tu característica fundamental, EL SILENCIO.
Y lo mismo que siguen manipulándote hoy, lo hicieron en otros tiempos, haciéndote decir cosas impensables, dejándote en ridículo una y otra vez, haciéndote decir cosas que sonrojarían no a un dios, sino al más ignorante de los hombres actuales.
En defensa de aquellos hombres que te crearon tengo que decir una cosa Señor, no te crearon ni más malvado, ni más ignorante que como ellos mismos te imaginaban, eran muy primitivos Señor, por eso te hicieron decir y hacer esas cosas.
Pacto de Dios con Noé
Génesis 9
Génesis 9:1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
El dios arrepentido de su barbarie, de la atrocidad cometida en el diluvio vuelve a ordenar al hombre que se reproduzca. ¿Acaso hacia falta Señor? ¿Acaso hacia falta que nos lo ordenaras, acaso no es esa una labor fundamental de toda especie y de todo ser vivo?
¿Acaso puede subsistir alguna especie sin ese principio fundamental? ¿Acaso puede sobrevivir una especie si sus individuos no tienen el instinto de reproducirse y vivir?
Génesis 9:2
El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.
Gracias Señor por darnos la supremacía sobre todas las demás especies, para que las usemos, cacemos y comamos como más nos convenga. ¿Acaso no hacen el resto de las especies lo mismo que nosotros? Unas especies se alimentan de otras, ese es su derecho, unas cazan a otras y se alimentan de ellas, es cierto que solo cazan y matan a las que PUEDEN, y nosotros PODEMOS con todas ellas gracias a nuestro cerebro humano que tiene unas características distintas. Unas tienen poder sobre otras lo mismo que nos pasa a nosotros. ¿Con lo fácil que es de entender, por que tuvieron que mezclarte en un asunto que es simple biología? Seguramente por que los que te crearon eran humanos y les interesaba apoyarse en tu palabra para justificarse. Como humanos les y nos interesaba, que nosotros fuéramos los más poderosos.
Génesis 9:3
Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
De todas maneras Señor, tu sabes que no podemos alimentarnos de todas las especies que pueblan la Tierra, muchas de ellas han desarrollado mecanismos que son venenosos para nosotros. No, no podemos alimentarnos de todas las especies. También, al hacerte decir eso, te engañaron.
Génesis 9:4
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Que cosas te hacen decir Señor, que cosas, aquellos que se dieron poder a sí mismos para matar y alimentarse de cualquier clase de animal te hacen que digas que no debemos alimentarnos con su sangre.
¿Es posible Señor? ¿es posible separar la sangre de la carne? Otra vez la ignorancia, la terrible ignorancia de aquellos hombres que consideraban que la sangre sólo era aquello que salía cuando se desangraba un animal. Quizá ignoraban que la sangre llega y esta en cualquier parte del animal que se coma, no hay posibilidades de eliminarla por mucho que queramos.
Y te hacen decir eso dejándote de nuevo en ridículo como un ignorante.
Génesis 9:5
Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.
Génesis 9:6
El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Me alegro Señor, me alegro de que en edad tan temprana el hombre ya comprendiera que no debía matar a sus semejantes, es una pena que ese precepto no lo haya cumplido jamás, es una pena que siga incumpliéndose, es una pena que no lo grabaras a fuego en nuestro cerebro como dicen que grabaste tantas y tantas cosas.
Génesis 9:7
Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la Tierra, y multiplicaos en ella.
Génesis 9:8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
Génesis 9:9
He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;
Génesis 9:10
y con todo ser viviente que esta con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
Génesis 9:11
Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá mas diluvio para destruir la Tierra.
No entiendo que necesitaras realizar un diluvio y exterminar la vida sobre la Tierra para finalmente arrepentirte y hacer un pacto con nosotros repoblando la tierra con la misma semilla.
Evidentemente quienes te hicieron decir eso te dejaron otra vez en ridículo, ¿qué sería lo que impulsó a sus mentes, que hizo que hablaran de un diluvio universal para después reconocer que se habían equivocado? ¿Acaso era necesario y obligatorio en sus mentes que ese diluvio se produjera para explicar algo que hoy ignoramos lo que fue? ¿A que pregunta importante respondería esa necesidad de hablar de un diluvio que nunca existió? ¿Acaso no bastaba con una creación que nunca hiciste, para obligarte después a hacer un exterminio y una segunda repoblación con las mismas semillas?
Génesis 9:12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
Génesis 9:13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la Tierra.
Génesis 9:14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la Tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
Génesis 9:15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mi y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
Génesis 9:16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la Tierra.
Génesis 9:17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mi y toda carne que está sobre la Tierra.
Como niños Señor, como niños ignorantes que no saben explicar los más elementales sucesos físicos te achacan ahora la creación del arco iris como señal del pacto que hiciste con nosotros. ¿Acaso te consideraban tan frágil de memoria para tener que crear el arco iris para recordarte ese pacto? Poca fe tenían en ti Señor. Ya ves, dicen creer en ti, pero la realidad es que no han creído en ti nunca.
Ignoraban que el arco iris no es más que la descomposición de la luz solar al atravesar las gotas de agua cuando llueve, ignoraban que el arco iris estaba presente en la Tierra mucho antes de que el hombre apareciera sobre ella, ignoraban la física y la química más elemental, sólo su ignorancia podía atreverse a adjudicarte la creación del arco iris para firmar y recordarte un pacto para evitar un nuevo diluvio.
Evidentemente aquellos hombres no sabían que el arco iris llevaba ya muchos millones de años apareciendo en la Tierra cuando ellos imaginaron el Diluvio Universal.
Y sin transición Señor, aquellos hombres pasaron en sus mentes del arco iris y del diluvio a la primera embriaguez de que tenemos noticias. Ni siquiera abren un nuevo capitulo en lo que dicen que es tu Biblia, ni siquiera se toman esa molestia, en el capitulo 9 del Génesis estábamos y en él seguimos, poniendo el diluvio y el arco iris al mismo nivel que la primera borrachera.
Embriaguez de Noé
Génesis 9:18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.
Génesis 9:19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la Tierra.
Génesis 9:20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una vid;
Génesis 9:21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.
Génesis 9:22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.
Génesis 9:23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.
Génesis 9:24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,
Génesis 9:25 y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.
Génesis 9:26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
Génesis 9:27 Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.
Génesis 9:28 Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.
¿Tenía algo de malo el ver la desnudez de Noé Señor? ¿Es suficiente motivo ese para otra maldición eterna? ¿Cuantas veces habría visto Cam la desnudez de su padre después de haber convivido cientos de años con él? ¿Cuantas veces habría visto su desnudez durante el tiempo que permanecieron encerrados en el arca? Acaso lo que se quiso castigar no fue eso, acaso lo que se quiso castigar fue que lo viera borracho.
Pero ya no eres tú el que maldices eternamente, parece que la trasferencia del poder del dios creador se ha consumado. Ya no es el dios quien maldice, ahora ya es un hombre el que maldice en nombre de Dios.
Noé, en su ira humana, maldice a Canaán, no maldice a Cam, su hijo, que fue el que le vio desnudo, maldice a Canaán, su nieto, y a su descencendencia. Lo maldice a ser el siervo de sus hermanos. Aquel que no tenía culpa se encuentra con una maldición eterna, condenado a ser el siervo de los siervos para siempre. Noé sustituye a Dios en las maldiciones eternas, la trasferencia del poder de Dios se ha consumado, se ha transferido a los hombres sin que el mismo Dios lo autorice. Noé se arroga el derecho y Dios ni lo ratifica, ni lo desmiente, una vez mas los hombres empiezan a hablar en nombre de Dios, pero ya de forma directa, y Dios guarda silencio, siempre guarda SILENCIO.
¿Quizá no fue él quien nos enseñó que al mal se le combate con otro mal mayor? Quizá fue que los hombres, al no encontrar otro medio para hacerlo, le dotamos a él de nuestras deficiencias e ignorancias. Quizá de nuestra venganza nació el dios vengativo, de nuestra ignorancia el dios ignorante que no sabía lo que iba a suceder, y por eso necesitaba hacer pruebas tan terribles como la extinción de toda vida en el diluvio, antes de convencerse de que no era esa nuestra naturaleza. Nuestro creador lo ignoraba. Quizá de nuestra injusticia nació el dios injusto que se manifiesta continuamente en la Biblia. Quizá de nuestra necesidad de ser siempre los buenos, nació el dios que eligió a un sólo pueblo de entre todos los que dicen que creó, para darles siempre la razón, para ser ellos los buenos, y los demás los malos.
Aquellos que una vez le crearon de la nada y de su ignorancia, a su imagen y semejanza, comprendieron un día que no podían seguir hablando en el nombre de un dios del terror, de un dios de la venganza, de un dios de la tortura permanente y de la muerte. Del dios que permitía la enfermedad y el dolor. Y te transformaron Señor, pero tu transformación no podía ser completa, empezaron a hablar del amor, del bien, de la justicia, de la bondad, pero hay demasiadas cosas que no pueden cambiar en nuestra naturaleza humana. Podían cambiar al dios, pero no podían cambiar al hombre. Y los mismos que antes habían inventado un dios cruel y malvado, ahora inventaron un dios bueno, pero que ni responde, ni puede responder a nuestra naturaleza.
El bien y el mal están tan íntimamente mezclados en el hombre que no es posible separarlos, por que también el mal forma parte de nuestra naturaleza humana, forma parte de nuestro instinto de supervivencia, igual que en el resto de las especies, no hay especie ni individuo que pueda sobrevivir sin atacar y modificar el entorno en el que vive. Otra cosa es que como animales sociales busquemos también la convivencia, y el dominio de ese mal que si dejáramos actuar libremente nos destruiría a todos.
Una vez más encontraron el camino de explotarte señor, de vivir a tu costa, de contarnos lo bueno que eres sin que se vea por ningún sitio. Su primer error fue hacernos pensar que era necesario creer en ti para que fuéramos humanos, que fuera de ti ni cabía el bien, ni era posible la salvación. Y de nuevo crearon la división, ahora no entre un pueblo y otros, ahora entre creyentes en ti, y no creyentes. No les interesaba reconocer que todos, independientemente de nuestras creencias, somos humanos, que nos crearas o no nos crearas es lo de menos porque éramos humanos, que como personas tenemos los mismos derechos, deberes, valores y defectos tanto si creemos, como si no creemos. No, eso no les interesaba, si hubieran sido sinceros y hubieran reconocido eso se hubieran quedado sin su medio de vida, se hubieran quedado sin poder explotar la idea que un día nació en sus cabezas, pero sobre todo se hubieran quedado sin su medio de poder, el poder de controlar la mente humana, y se erigieron a ellos mismo en tus portavoces, en los interpretes de tus palabras, en manipuladores de conciencias, en dictadores del bien y del mal. Ellos que un día escribieron tus palabras sin el menor fundamento, hoy siguen diciendo que son tus palabras, y en eso se basan para decir que hay que respetarlas, pero con la interpretación que a ellos le interesa.
Y tú, Dios todopoderoso, omnipotente y sabio te dejas manipular por ellos, tú no dices nada, nunca has dicho nada comprobable, tú mantienes tu característica fundamental, EL SILENCIO.
Y lo mismo que siguen manipulándote hoy, lo hicieron en otros tiempos, haciéndote decir cosas impensables, dejándote en ridículo una y otra vez, haciéndote decir cosas que sonrojarían no a un dios, sino al más ignorante de los hombres actuales.
En defensa de aquellos hombres que te crearon tengo que decir una cosa Señor, no te crearon ni más malvado, ni más ignorante que como ellos mismos te imaginaban, eran muy primitivos Señor, por eso te hicieron decir y hacer esas cosas.
Pacto de Dios con Noé
Génesis 9
Génesis 9:1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.
El dios arrepentido de su barbarie, de la atrocidad cometida en el diluvio vuelve a ordenar al hombre que se reproduzca. ¿Acaso hacia falta Señor? ¿Acaso hacia falta que nos lo ordenaras, acaso no es esa una labor fundamental de toda especie y de todo ser vivo?
¿Acaso puede subsistir alguna especie sin ese principio fundamental? ¿Acaso puede sobrevivir una especie si sus individuos no tienen el instinto de reproducirse y vivir?
Génesis 9:2
El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.
Gracias Señor por darnos la supremacía sobre todas las demás especies, para que las usemos, cacemos y comamos como más nos convenga. ¿Acaso no hacen el resto de las especies lo mismo que nosotros? Unas especies se alimentan de otras, ese es su derecho, unas cazan a otras y se alimentan de ellas, es cierto que solo cazan y matan a las que PUEDEN, y nosotros PODEMOS con todas ellas gracias a nuestro cerebro humano que tiene unas características distintas. Unas tienen poder sobre otras lo mismo que nos pasa a nosotros. ¿Con lo fácil que es de entender, por que tuvieron que mezclarte en un asunto que es simple biología? Seguramente por que los que te crearon eran humanos y les interesaba apoyarse en tu palabra para justificarse. Como humanos les y nos interesaba, que nosotros fuéramos los más poderosos.
Génesis 9:3
Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
De todas maneras Señor, tu sabes que no podemos alimentarnos de todas las especies que pueblan la Tierra, muchas de ellas han desarrollado mecanismos que son venenosos para nosotros. No, no podemos alimentarnos de todas las especies. También, al hacerte decir eso, te engañaron.
Génesis 9:4
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Que cosas te hacen decir Señor, que cosas, aquellos que se dieron poder a sí mismos para matar y alimentarse de cualquier clase de animal te hacen que digas que no debemos alimentarnos con su sangre.
¿Es posible Señor? ¿es posible separar la sangre de la carne? Otra vez la ignorancia, la terrible ignorancia de aquellos hombres que consideraban que la sangre sólo era aquello que salía cuando se desangraba un animal. Quizá ignoraban que la sangre llega y esta en cualquier parte del animal que se coma, no hay posibilidades de eliminarla por mucho que queramos.
Y te hacen decir eso dejándote de nuevo en ridículo como un ignorante.
Génesis 9:5
Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.
Génesis 9:6
El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Me alegro Señor, me alegro de que en edad tan temprana el hombre ya comprendiera que no debía matar a sus semejantes, es una pena que ese precepto no lo haya cumplido jamás, es una pena que siga incumpliéndose, es una pena que no lo grabaras a fuego en nuestro cerebro como dicen que grabaste tantas y tantas cosas.
Génesis 9:7
Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la Tierra, y multiplicaos en ella.
Génesis 9:8 Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:
Génesis 9:9
He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;
Génesis 9:10
y con todo ser viviente que esta con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
Génesis 9:11
Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá mas diluvio para destruir la Tierra.
No entiendo que necesitaras realizar un diluvio y exterminar la vida sobre la Tierra para finalmente arrepentirte y hacer un pacto con nosotros repoblando la tierra con la misma semilla.
Evidentemente quienes te hicieron decir eso te dejaron otra vez en ridículo, ¿qué sería lo que impulsó a sus mentes, que hizo que hablaran de un diluvio universal para después reconocer que se habían equivocado? ¿Acaso era necesario y obligatorio en sus mentes que ese diluvio se produjera para explicar algo que hoy ignoramos lo que fue? ¿A que pregunta importante respondería esa necesidad de hablar de un diluvio que nunca existió? ¿Acaso no bastaba con una creación que nunca hiciste, para obligarte después a hacer un exterminio y una segunda repoblación con las mismas semillas?
Génesis 9:12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
Génesis 9:13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la Tierra.
Génesis 9:14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la Tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
Génesis 9:15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mi y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
Génesis 9:16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la Tierra.
Génesis 9:17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mi y toda carne que está sobre la Tierra.
Como niños Señor, como niños ignorantes que no saben explicar los más elementales sucesos físicos te achacan ahora la creación del arco iris como señal del pacto que hiciste con nosotros. ¿Acaso te consideraban tan frágil de memoria para tener que crear el arco iris para recordarte ese pacto? Poca fe tenían en ti Señor. Ya ves, dicen creer en ti, pero la realidad es que no han creído en ti nunca.
Ignoraban que el arco iris no es más que la descomposición de la luz solar al atravesar las gotas de agua cuando llueve, ignoraban que el arco iris estaba presente en la Tierra mucho antes de que el hombre apareciera sobre ella, ignoraban la física y la química más elemental, sólo su ignorancia podía atreverse a adjudicarte la creación del arco iris para firmar y recordarte un pacto para evitar un nuevo diluvio.
Evidentemente aquellos hombres no sabían que el arco iris llevaba ya muchos millones de años apareciendo en la Tierra cuando ellos imaginaron el Diluvio Universal.
Y sin transición Señor, aquellos hombres pasaron en sus mentes del arco iris y del diluvio a la primera embriaguez de que tenemos noticias. Ni siquiera abren un nuevo capitulo en lo que dicen que es tu Biblia, ni siquiera se toman esa molestia, en el capitulo 9 del Génesis estábamos y en él seguimos, poniendo el diluvio y el arco iris al mismo nivel que la primera borrachera.
Embriaguez de Noé
Génesis 9:18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.
Génesis 9:19 Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la Tierra.
Génesis 9:20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una vid;
Génesis 9:21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.
Génesis 9:22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.
Génesis 9:23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.
Génesis 9:24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,
Génesis 9:25 y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.
Génesis 9:26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
Génesis 9:27 Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.
Génesis 9:28 Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.
¿Tenía algo de malo el ver la desnudez de Noé Señor? ¿Es suficiente motivo ese para otra maldición eterna? ¿Cuantas veces habría visto Cam la desnudez de su padre después de haber convivido cientos de años con él? ¿Cuantas veces habría visto su desnudez durante el tiempo que permanecieron encerrados en el arca? Acaso lo que se quiso castigar no fue eso, acaso lo que se quiso castigar fue que lo viera borracho.
Pero ya no eres tú el que maldices eternamente, parece que la trasferencia del poder del dios creador se ha consumado. Ya no es el dios quien maldice, ahora ya es un hombre el que maldice en nombre de Dios.
Noé, en su ira humana, maldice a Canaán, no maldice a Cam, su hijo, que fue el que le vio desnudo, maldice a Canaán, su nieto, y a su descencendencia. Lo maldice a ser el siervo de sus hermanos. Aquel que no tenía culpa se encuentra con una maldición eterna, condenado a ser el siervo de los siervos para siempre. Noé sustituye a Dios en las maldiciones eternas, la trasferencia del poder de Dios se ha consumado, se ha transferido a los hombres sin que el mismo Dios lo autorice. Noé se arroga el derecho y Dios ni lo ratifica, ni lo desmiente, una vez mas los hombres empiezan a hablar en nombre de Dios, pero ya de forma directa, y Dios guarda silencio, siempre guarda SILENCIO.
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